Al saldo anterior se suman más de mil 400 difuntos y dos mil 700 heridos confirmados por activistas y equipos de rescate en las zonas fuera del control del Gobierno, en las provincias de Alepo e Idlib.
Mientras tanto, los equipos de rescate lograron con el apoyo de la Cruz Roja Libanesa encontrar con vida a tres personas que estuvieron atrapadas durante cinco días debajo de los escombros de un edificio en la ciudad costera de Jableh, una de las más afectadas por el sismo.
El jefe de la Defensa Civil de Siria, el mayor general Safwan Bahloul, declaró que aún continúa la búsqueda de sobrevivientes debajo de los escombros de los edificios colapsados por el terremoto, y aseguró que la posibilidad de encontrar sobrevivientes aún existe, pero se debilita mientras pasa el tiempo.
La escala del desastre es muy grande a nivel de Siria y hay miles de edificios y casas agrietadas que están a punto de caer, mientras otras necesitan restauración, dijo el general.
Instó a la comunidad internacional para brindar asistencia seria a Siria y que se ejerza presiones para levantar el injusto bloqueo, que provoca un desgaste a largo plazo al país.
Tras una reunión de emergencia, el Gobierno sirio declaró las provincias de Alepo, Latakia, Idlib y Hama, las más afectadas por el terremoto, como zonas de catástrofe.
A su vez, el ministro de Administración Municipal y jefe del Comité de Socorro, Hussein Makhlouf, reveló que 294 mil personas quedaron sin hogar y ahora se encuentran en más de una veintena de centros de acogida, establecidos en escuelas, mezquitas, iglesias y salas de deporte.
Ante el llamado del Gobierno sirio, más de 50 aviones cargados con ayuda humanitaria y rescatistas llegaron al país procedentes de 13 naciones.
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