El programa elaborado va dirigido a ayudar a controlar ese fenómeno y a mejorar nuestra agenda de seguridad alimentaria, precisó en una entrevista el titular de la cartera, Samal Duggins.
«Los monos han sido una amenaza significativa en la nación y son una molestia para muchos de nuestros campesinos», argumentó la autoridad.
Nos dedicamos a ayudar a esa comunidad con el establecimiento de la Unidad de Control de Animales Salvajes, amplió, por su parte, la directora en funciones del departamento de Agricultura, Junelle Kelly.
«Tenemos varias trampas de distintos tamaños, empezamos con algunas más pequeñas y ahora estamos considerando la posibilidad de tener grandes para poder capturar un mayor número de animales», aseveró.
Obtuvimos algunos resultados con nuestros métodos, pero queremos ir un poco más lejos, ya que el objetivo del programa es reducir la población, porque está afectando a la comunidad agrícola, enfatizó.
«Queremos debatir y consultar con las partes interesadas para encontrar nuevas formas y vías de reducir la población», concluyó Kelly.
En tal sentido, el Ministerio de Agricultura informó sobre la celebración de un simposio dedicado al control de los monos durante este mes, sin precisar la fecha.
San Cristóbal y Nieves, pequeño país caribeño al norte de las Antillas con cerca de 65 mil habitantes, depende del turismo, el comercio, la agricultura y las manufacturas ligeras.
Los monos Vervet (o cercopiteco verde) son tan icónicos en el territorio como los históricos fuertes, bares o playas de arena negra. Pero las carismáticas criaturas, atractivo para los visitantes, se abren paso a bocados por los cultivos, desde mangos hasta sandías, calabazas o pepinos.
Organizaciones de las Naciones Unidas trabajan desde hace tiempo en la manera de gestionar la creciente población de estos animales en el país, y además en Barbados y en la isla franco-holandesa de San Martín, donde también están presentes.
oda/znc