Los cubanos Jesús Cejas y Crescencio Galañena fueron abordados el 9 de agosto de ese año por un grupo de tarea de la dictadura, a unos pasos de la sede diplomática de la isla, y más tarde asesinados en el centro clandestino de detención y tortura Automotores Orletti, uno de varios que funcionaron como lugares de exterminio.
Casi cuatro décadas después, en junio de 2012, fueron encontrados los restos de Galañena en un tanque de 200 litros relleno con cemento, en un predio abandonado de la localidad bonaerense de Virreyes. Un año más tarde hallaron los de su compañero.
En abril de 2022, la justicia argentina ordenó la entrega al Archivo Nacional de la Memoria de cuatro tanques hallados en 2012 y 2013 con restos óseos de víctimas del régimen dictatorial.
Antes, especialistas del Instituto Nacional de Tecnología Industrial y el Equipo de Antropología Forense trabajaron en su estudio, análisis e identificación.
De esa manera, se logró establecer la identidad de cuatro personas, entre las que se encontraban los funcionarios cubanos.
Durante un acto en la embajada del país caribeño, Pietragalla señaló que la entrega de esos objetos es parte de un homenaje y reparación en el marco del vínculo fraterno que une a Cuba y Argentina.
Asimismo, resaltó la importancia de mantener viva, transmitir la memoria y denunciar el horror y la perversidad de los genocidas.
Por su parte, el embajador cubano Pedro Pablo Prada agradeció el gesto que permite completar la historia de Cejas y Galañena, y contribuir al mejor conocimiento de esos acontecimientos y de los ataques a su país impulsados por Estados Unidos en el marco de la Operación Cóndor.
Además, indicó que los elementos donados serán ubicados en el Memorial de la Denuncia, en La Habana, y recordarán “lo que es capaz el terror cuando no puede vencer las ideas de hombres justos”.
También contribuirán a la educación de las jóvenes generaciones en el derecho a la memoria, la verdad y la justicia, afirmó.
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