Las regiones en las que se produjeron los sismos pertenecen geológicamente a la Falla de Anatolia Oriental, donde chocan las placas de Anatolia y de Arabia, lo cual crea tensiones en la corteza terrestre, que fueron liberadas durante los terremotos ocurridos el 6 de febrero, en tanto los movimientos resultantes fueron registrados con precisión por satélites.
Para el análisis, los investigadores del Centro de Observación de la Tierra del citado centro compararon imágenes adquiridas el 29 de enero y el 10 de febrero de 2023.
Sentinel-1 forma parte de la flota de satélites Sentinel del programa europeo Copérnico de observación de la Tierra, citó el comunicado.
El radar de apertura sintética (SAR) basado en satélites transmite señales hacia la superficie terrestre y utiliza las reflexiones para proporcionar imágenes durante el día o la noche y en cualquier condición meteorológica.
El SAR utiliza los tiempos de propagación de las señales para realizar mediciones muy precisas de la distancia entre el satélite y la superficie terrestre. En la primera semana posterior a los terremotos, dos investigadores del Instituto de Sistemas de Sensores Ópticos se desplazaron a Turquía y el Centro Aeroespacial Alemán proporcionó el nuevo Sistema Modular de Cámara Aérea para ayudar a conocer la situación sobre el terreno.
Instalado en un dron de alta tecnología de Quantum, el sistema de cámaras sobrevoló regiones gravemente afectadas y envió las imágenes aéreas adquiridas en forma de mapa directamente al Sistema de Coordinación y Gestión de las Naciones Unidas.
Mientras, el Centro de Información de Crisis por Satélite también analiza imágenes y las procesa en mapas digitales y otros productos, y la información se transmite a los equipos de respuesta sobre el terreno, concluyó el comunicado.
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