Gracias al universo creador de la escritora colombiana Alejandra Jaramillo, los gigantes de la época de aquella agresiva conquista y traumática colonia -comienzos del siglo XVII- son vencidos por la amistad entre dos mujeres de mundos diferentes y los molinos, movidos por la fuerza del viento femenino.
En la Bogotá naciente de esa etapa colonizadora se mueve la pluma de Jaramillo, quien debuta con estas lectoras en el género de novela histórica.
La obra que viajó hasta la fiesta literaria de La Habana, celebrada cada mes de febrero, está protagonizada por la española Inés y Suánika, una indígena muisca.
Se trata de un pueblo amerindio que desde el siglo VI antes del Cristianismo ha habitado en el sur del departamento de Santander, en el centro de la actual Colombia, y en el altiplano cundiboyacense, una zona de tierras encumbradas y de planicies, en la cordillera oriental de los Andes.
La región se ubica entre los departamentos colombianos de Cundinamarca y Boyacá, de ahí el gentilicio.
Dentro de todo ese escenario se mueve esta fantástica aventura literaria, en una ciudad dominada por hombres, codicias e intrigas, contexto en el cual ambas protagonistas se refugian en un libro que llenará de libertad su existencia y, finalmente, las unirá.
La autora cuenta en su haber con varias novelas, entre ellas, Acaso la muerte (2006), La ciudad sitiada (2014), Magnolias para una infiel y Mandala, ambas de 2017.
Esta última, tan querida y compleja a la vez, según las palabras de Jaramillo, es un texto inspirado en Rayuela, del escritor argentino Julio Cortazár.
Centrada en una narrativa única, cuenta la vida de una mujer, también del pueblo muisca, contenido que acompaña a la creadora en varias de sus producciones.
Otros son los géneros explorados también por esta bogotana, como la literatura infantil y la crítica literaria.
Docente en la Universidad Nacional de Colombia y con una maestría en escritura creativa, esta entusiasta dama de letras rescata con esmero la gran cosmogonía de los ancestros americanos, con la entrega de una apasionante narración, agotada en la feria cubana desde su inicio.
mem/dpm