La Casa del Alba Cultural en La Habana devino espacio para un homenaje simultáneo que honró el 90 aniversario de su natalicio el próximo 14 de marzo, y las ideas internacionalistas y antiimperialistas de Fidel Castro y del Ernesto Che Guevara, con los cuales trabajó de manera sistemática desde los primeros años de la Revolución.
Durante el encuentro, manifestaron el optimismo que lo caracterizaba y su amor al ejercicio de la solidaridad. Rememoraron también las disímiles acciones que emprendió a lo largo de su vida, en las que sobresalió con destellos de un inagotable respaldo y entereza revolucionaria.
Piñeiro nos enseñó que las siembras en política se parecen a las plantaciones, hay que renovarlas y darles atención integral mediante las fórmulas que han dado resultados, con las adecuaciones pertinentes, destacó el escritor y diplomático Germán Sánchez Otero.
Fue quizás en el período final de su vida sin un cargo formal en el que mejor mostró su lealtad a la Revolución y a Fidel, puntualizó.
En opinión del investigador del Centro de Estudios Che Guevara, Rafael Hidalgo, el sentido de lealtad y de disciplina de Piñeiro coincidió con el enfoque que tenían Fidel y el Che sobre estos dos valores, los tres compartieron una perspectiva internacionalista y antiimperialista de la Revolución cubana desde una ética de compromiso, coherencia y constancia.
Aquel 11 de marzo de 1998 la muerte asaltó de manera inesperada al comandante Piñeiro, en ese momento Cuba perdía a uno de sus hijos más ilustres, pero la historia engalanaba sus páginas con otra de esas figuras que, como Fidel y el Che, no mueren, permanecen eternos.
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