El emir de Qatar, Tamim bin Hamad al Thani, al inaugurar la cita, recordó que esta se desarrolla en medio de los peligrosos desafíos a los que se enfrenta el mundo como consecuencia de los nuevos conflictos internacionales, la crisis de la seguridad alimentaria, el cambio climático y la continuidad de algunos de los efectos de la Covid-19.
«Tendremos que centrarnos en esos desafíos mientras planificamos cómo será el futuro de nuestros pueblos», alertó.
Para la ONU, este encuentro, que fue aplazado dos veces durante la pandemia, es una oportunidad única para acelerar el desarrollo sostenible en los lugares donde la ayuda internacional es más necesaria, y para aprovechar todo el potencial de los países menos desarrollados ayudándoles a avanzar en el camino hacia la prosperidad.
Asisten a la misma presidentes y ministros de 33 países africanos y 12 de Asia-Pacífico, Haití y Cuba quien representa al Grupo de los 77 más China, en calidad de presidente pro témpore.
La Conferencia debe aprobar un programa que comprometa a los países ricos a contribuir con el desarrollo de aquellos que fueron colonizados y saqueados en siglos anteriores.
El G-77 más China abogará por mecanismos de alivio de la deuda externa y para movilizar recursos dirigidos a países del sur, mediante la captación de inversión extranjera directa, de recabar ayudas para el desarrollo, y de demandar fuentes de financiamiento externo en condiciones favorables.
Se espera que en la conferencia se anuncien iniciativas específicas y resultados concretos que aborden los retos específicos de estas naciones con menos recursos.
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