En concreto, el incremento fue de 337 100 nuevos empleos en el sector privado, lo que significa 1,3 por ciento más que en 2021, y casi 1,2 millones adicionales con respecto al inicio de la crisis sanitaria, a principios de 2020.
Además, la creación de empleos asalariado subió en todos los trimestres, ralentizándose ligeramente en el segundo semestre del pasado año, lo cual supone ocho trimestres de aumentos continuados a pesar de la fuerte subida de los precios de la energía, las dificultades de abastecimiento de determinados componentes industriales y el incremento de la inflación.
Por sectores, la creación del empleo asalariado se ralentizó en el último periodo del año en todos los sectores, si bien el que mejores resultados presentó fue el de la construcción, que ya presenta un nivel de empleo de 7,8 por ciento superior al de hace tres años.
Por último, en el sector público el empleo se mantuvo estable en el cuarto trimestre, y su nivel actual supera en nueve décima el nivel anterior a la crisis sanitaria, lo que equivale a 55 mil nuevos puestos de trabajo.
Para el año en curso las previsiones del Insee adelantan un primer semestre de práctica estabilidad en el empleo asalariado, así como de la tasa de paro del 7,3 por ciento de la población activa, lo que aleja temporalmente el objetivo gubernamental del pleno empleo (una tasa menor del 5 por ciento).
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