Reunidas en el quinto encuentro de esa naturaleza, convocado por la Plataforma para el Diálogo Interreligioso en la isla, las representantes de las comunidades de fe reconocieron los logros en materia de igualdad de derechos, pero también los desafíos que tienen por delante.
Con la presencia de la secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas, Teresa Amarelle, las ponencias resaltaron el valor del ecumenismo y de construir juntos un mundo de paz y respeto.
En nombre de la comunidad Bahai en la isla, Danieska Megnet se refirió al reto que significa para toda la sociedad un fenómeno como el de la violencia hacia las mujeres y las niñas, el cual requiere no solo de cambios en estructuras como las leyes o los mecanismos de denuncia, sino, sobre todo, de educar y de transformar los patrones culturales. Destacó además la necesidad de promover ambientes de unidad, pero que valoren la diversidad, y de superar los estereotipos en torno al ser mujer o a las religiones.
La vicepresidenta de la Asociación Femenina Hebrea de Cuba, Sara Yaech, puso ejemplos de cómo el empoderamiento ha evolucionado dentro de su comunidad, al punto de que actualmente varios proyectos son dirigidos por ellas y también tres de las cinco sinagogas existentes en el país.
El legado de las esclavas africanas y de las caribeñas en la sociedad y la cultura cubanas fueron otros asuntos abordados este sábado, donde los participantes reconocieron el espíritu de cooperación y respeto entre las diferentes denominaciones de fe dentro de la nación caribeña, una realidad que no se vive en otras latitudes.
Las religiosas resaltaron la libertad de la que gozan como mujeres y para la práctica de sus creencias, si bien señalaron aspectos en los que se precisa trabajar de conjunto para construir un país mejor.
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