No llegaremos a un acuerdo sobre la extensión de la edad de retiro a 64 años, dijo el vocero ratificando recientes declaraciones del presidente Emmanuel Macron, quien descartó negociar en torno a la iniciativa que el Gobierno aprobó sin voto parlamentario, gracias al artículo 49.3 de la Constitución, lo cual atizó el malestar de los gremios y la oposición.
En declaraciones al semanario Le Journal du Dimanche, Véran precisó que el Ejecutivo está dispuesto a conversar con los sindicatos acerca de otros temas esenciales para los franceses, como la gestión del final de las carreras, la reconversión profesional y la revalorización de los salarios.
Los comentarios del alto funcionario se produjeron a dos días de la décima jornada nacional de protestas contra la reforma, movilizaciones que han llevado a las calles a millones de personas, con episodios de violencia en los últimos días, atribuidos a la radicalización de manifestantes.
La Intersindical, movimiento que aglutina a los principales gremios, acusa al presidente Macron de ignorar la magnitud de las marchas y las huelgas y advierte sobre las consecuencias de esa postura.
Según Véran, pese al rechazo a los cambios en el sistema de la jubilación, el Gobierno mantendrá su camino de reformas.
Vendrán otras, por este Gobierno y por los que sigan, algunas serán impopulares, pero necesarias para el futuro del país, esgrimió.
El ejecutivo asegura que extender la edad de retiro de 62 a 64 años, aumentar el período de cotizaciones y eliminar regímenes especiales de jubilación resulta indispensable frente al déficit financiero acumulado.
Pero esa tesis la desmienten detractores con el argumento de que no existe tal urgencia y de que el proyecto consiste en ahorrar dinero a costa de los trabajadores.
A propósito de las protestas convocadas para el martes por los sindicatos, el prefecto de la Policía de París, Laurent Nuñez, admitió que será difícil garantizar el orden, ante la presencia del llamado “bloque negro”, responsable de disturbios, destrucción de propiedad y ataques a los agentes.
Nuñez adelantó el despliegue en esta capital de unos cinco mil uniformados, sin descartar que pudieran ser más.
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