Doug Bandow, investigador principal del Instituto Cato, entidad considerada un ‘tanque pensante’ de la política de ese país, en un análisis sobre el tema aseguró que la Casa Blanca tenía la oportunidad de alejarse de una política que es a la vez ‘miope y contraproducente’.
Minimizar el uso de sanciones económicas, incluso contra el proyecto Nord Stream 2, sería un buen punto de partida, concluyó Bandow antes de la decisón de la Casa Blanca, algo con lo que concuerdan políticos europeos y rusos.
En su análisis Bandow abordó la proyección global de la llamada Doctrina Monroe por el mundo, aplicada por ejemplo contra Rusia, sus relaciones con Europa y el gasoducto, contra Cuba, Irán y otras naciones.
La víspera la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, defendió la decisión de la Administración Biden de renunciar a implementar castigos contra el Nord Stream 2, argumentando que el proyecto de construcción del gasoducto estaba casi completo y no se podía hacer nada para detenerlo.
Anteriormente, la Casa Blanca impuso penalizaciones contra el operador de las obras del gasoducto, la empresa Nord Stream 2 AG, y su director ejecutivo, pero las levantó de inmediato debido a ‘preocupaciones de interés nacional’.
‘¿Cómo íbamos a detener un proyecto en otro país q elue se había construido en un 95 por ciento?’, contestó Psaki a medios de prensa.
En sus valoraciones sobre el tema, Bandow afirmó que los estadounidenses convirtieron la Doctrina Monroe en una estrategia global que presuntamente le da el derecho a intervenir en cualquier lugar del mundo.
Sin embargo, subrayó, su política de sanciones es aún más intrusiva. Al principio sólo eran restricciones para los estadounidenses, aclaró.
Por ejemplo, acentuó, el bloqueo a Cuba, aplicado hace seis décadas, impide (con algunas excepciones) que los estadounidenses traten con la isla. Otros gobiernos solían hacer lo mismo, restringiendo sólo a sus ciudadanos, no a los extranjeros, indicó.
Nadie imaginaba que Washington estuviera facultado para regular unilateralmente el comercio mundial y castigar a cualquiera que desafiara sus dictados en cualquier lugar, apuntó el experto.
Esto provocó que aliados, sobre todo en Europa, sigan su política ‘miope y contraproducente’, incluso cuando es contraria a sus propios intereses. Por ejemplo, las empresas e individuos europeos son castigados por invertir en Cuba, agregó el investigador de Cato.
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