Impartido en la sede del Teatro El Mirón Cubano, el taller a modo de clases participativas persigue como objetivo fundamental vincular a diferentes actores de la sociedad como trabajadores, amas de casa y jóvenes al mundo teatral en pos de dotarlos de herramientas necesarias para hacer mejor su vida e incentivar el amor por el arte de las tablas.
Según el moderador del encuentro, Olisdrey Isaac, la práctica de las esculturas vivientes en Cuba data del distante año 1999 de la mano del Teatro de las Estaciones y la compañía teatral D’ Morón Teatro y actualmente su crecimiento en el país resulta notorio.
El principal talento de una estatua viviente radica en tener la capacidad de actuar en medio de escenografías tan diversas como edificios, bancos, plazas y avenidas, lo cual obliga a la persona a prepararse para interactuar con el público o desplazarse sin ser perceptible, dijo.
Isaac precisó que entre las principales dificultades del oficio sobresalen el quedarse de manera estática por horas en un sitio, el control de la respiración y la necesidad de usar su cuerpo como un lente de cámara y desplazarse con la destreza de un ninja si el momento lo requiere.
Al estar en las calles como artista transformo mi mente y entro en la piel de un personaje que me permita dar rienda suelta a la imaginación y así adentrarme en un mundo mágico en el que se actúe sin importar nada, solo el disfrutar el momento, opinó el actor.
El taller interactivo sobre estatuas vivientes sobresale entre las actividades de la XII edición de la Jornada de Teatro Callejero de Matanzas, que desde el miércoles último y hasta el venidero 16 de abril se desarrollará en el territorio en homenaje a los 30 años de El Mirón Cubano y el 330 aniversario de esta ciudad.
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