Estas curitas inteligentes se desarrollaron en el laboratorio de Wei Gao, profesor adjunto de ingeniería médica, investigador del Instituto de Investigación Médica Heritage de ese centro de altos estudios de Estados Unidos,, y son muy beneficiosos para las personas diabéticas ya que pueden evitar infecciones.
La mayoría de las veces, cuando alguien se hace un corte, raspadura, quemadura u otra herida el cuerpo se sana solo, pero no siempre es así pues la diabetes puede interferir en el proceso de curación y dar lugar a heridas que no desaparecen, pueden infectarse y supurar.
A diferencia de un vendaje típico, que puede consistir sólo en capas de material absorbente, los inteligentes están hechos de un polímero flexible y elástico que contiene componentes electrónicos y medicación incorporados.
La electrónica permite al sensor detectar moléculas como el ácido úrico o el lactato y condiciones como el nivel de ph o la temperatura de la herida, que pueden ser indicativas de inflamación o infección bacteriana.
El material puede responder de tres maneras: transmitir los datos recogidos de la herida de forma inalámbrica a un ordenador, tableta o teléfono inteligente cercano para que los revise el paciente o un profesional médico.
También administrar un antibiótico u otro medicamento almacenado en la venda directamente en el lugar de la herida para tratar la inflamación y la infección, y en tercer lugar aplicar un campo eléctrico de baja intensidad a la herida para estimular el crecimiento del tejido y acelerar la cicatrización.
En animales de laboratorio, las vendas inteligentes demostraron su capacidad para proporcionar a los investigadores información actualizada en tiempo real sobre el estado de la herida y el metabólico de los animales, así como para acelerar la cicatrización de heridas infectadas crónicas similares a las humanas.
Su creador, Wei Gao afirmó que los resultados son prometedores y añadió que las futuras investigaciones se centrarán en mejorar la tecnología de las vendas y probarla en pacientes humanos, cuyas necesidades terapéuticas pueden ser distintas a las de los animales de laboratorio.
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