El mandatario pidió en su cuenta de Twitter no olvidar la fecha en que fuera asesinado Guiteras en el Morrillo, localidad de la occidental ciudad de Matanzas, y rememoró las cualidades de quien fuera un «antimperialista radical».
Se refirió a él como el brazo más enérgico y el espíritu más puro del movimiento nacional revolucionario, definición que diera otra figura destacada de la historia cubana: Raúl Roa.
El 8 de mayo de 1935 una delación condujo a las fuerzas represoras hasta el Morrillo, donde se encontraban Antonio Guiteras y el venezolano Carlos Aponte, quienes enfrentaron a los militares en desigual combate.
Considerado como uno de los líderes de la llamada Revolución del 30 en Cuba, Guiteras se destacó desde su etapa en la Universidad de La Habana, donde obtuvo su Doctorado en Farmacia en agosto de 1927.
Fundador de varias organizaciones revolucionarias, promovió la lucha armada contra la tiranía de Gerardo Machado (1925-1933) y, tras el derrocamiento de esta, ocupó la Secretaría de Gobernación durante el llamado Gobierno de los 100 días (1933-1934), encabezado por Ramón Grau.
Desde esa posición, a la que se subordinaba la Secretaría de Guerra y Marina, Guiteras promovió medidas progresistas, como la creación de la Secretaría de Trabajo; la jornada laboral de ocho horas; y el establecimiento del jornal mínimo (de un peso diario para la ciudad y 0.80 centavos para el campo, que hasta ese momento era de 0.20 centavo por 10 horas o más).
Otras acciones fueron el reparto de tierras y proyectos de colonización; proclamar la autonomía universitaria; realizar la convocatoria para una Asamblea Constituyente; rebajar los precios de los artículos de primera necesidad; reducir el precio de la energía eléctrica y ordenar la intervención de la Compañía Cubana de Electricidad.
Tales acciones le ganaron la enemistad de Estados Unidos, la oligarquía y de facciones del Ejército, en particular de Fulgencio Batista, quien lo persiguió hasta matarlo.
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