En un mensaje a la nación el presidente Aleksandar Vucic dijo que su Gobierno no votará a favor de la declaración final de ese encuentro.
Nos abstendremos, no podemos impedir su aprobación, pero no podrán decir que fue adoptada por unanimidad, subrayó.
Días atrás Vucic afirmó que si la enmienda a la resolución del Consejo Europeo sobre la integridad territorial de todos los países miembros, incluida Serbia, no es aprobada, no participará en la cumbre en Reikiavik.
Estamos listos para apoyar la integridad territorial de Ucrania, Moldavia y Georgia, pero no estamos dispuestos a renunciar tan fácilmente a la integridad de Serbia, recalcó el líder de este país balcánico.
Sus palabras se refieren al respaldo europeo a la independencia de Kosovo, una antigua provincia serbia poblada mayoritariamente por albaneses, que se separó de forma unilateral 2008.
Hasta ahora ese estatus fue reconocido por más de 100 países, pero no por Serbia, Rusia, China, España, Grecia, Irán, Argentina, Brasil entre otros.
Las diferencias entre Belgrado y Pristina giran en torno a la integridad y derechos de los serbios que viven en Kosovo, cuyos derechos son violentados de forma reiterada.
El diferendo provocó graves enfrentamientos en las zonas limítrofes a finales del pasado año, menguados pero no zanjados con la intervención de la Unión Europea que facilitó el diálogo entre las partes que aún no alcanzan un acuerdo definitivo.
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