Esos fenómenos meteorológicos, que tendrán denominación una vez alcanzada la fase de tormenta tropical, ocurrirán en toda la cuenca del Atlántico norte, que incluye el golfo de México y el mar Caribe.
De acuerdo con las previsiones del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología de los 11 sistemas ciclónicos tropicales pronosticados, siete se desarrollarán en el área oceánica del Atlántico, dos en el mar Caribe e igual número en el golfo de México, mientras cinco podrían alcanzar categoría de huracán.
En entrevista publicada en el periódico local Granma, la doctora en Ciencias Teresita Llanes, jefa de esa entidad, señaló que las probabilidades de que se origine e intensifique al menos un huracán en el Caribe, y de que uno de procedencia atlántica penetre en el Caribe son moderadas, entre 40-45 por ciento.
La especialista agregó que el peligro de que Cuba sea afectada por al menos un ciclón tropical con categoría de huracán, es de un 35 por ciento.
Para la formación y desarrollo de estos sistemas tropicales son favorables las altas temperaturas en la superficie del mar registradas en los últimos meses en la franja del Atlántico norte y el mar Caribe.
Sin embargo, la aparición de un nuevo evento enos de El Niño/Oscilación del Sur en el océano Pacífico durante el segundo semestre podría disminuir la actividad ciclónica en la próxima temporada.
LLanes destacó que los patrones circulatorios de la troposfera baja y media (hasta los seis kilómetros de altura) durante el primer cuatrimestre del año, mostraron una configuración análoga con temporadas ciclónicas con un comportamiento de normal a poco activo.
En presencia de un evento enos, la circulación atmosférica entre los 10 y 12 kilómetros de altura sería un factor limitante de la actividad ciclónica tropical.
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