La rúbrica del documento por Fidel Castro el 17 de mayo de 1959, en la que fuera la Comandancia General del Ejército Rebelde en La Plata, Sierra Maestra, dio un vuelco radical a la propiedad de la tierra en el país, al adjudicársela a miles de campesinos que la trabajaban para el beneficio de un grupo de latifundistas.
Dicha Ley, firmada pocos meses después del triunfo de la Revolución cubana, posibilitó la intervención de grandes latifundios de terratenientes locales y el acceso del campesinado empobrecido a servicios hasta ahora vedados para ellos como salud, educación y vivienda.
La Reforma Agraria y un conjunto de medidas del naciente gobierno de la isla caribeña significaron el inicio del despegue económico del país, sumido en la precariedad rural por la inoperancia de sistemas productivos obsoletos.
La efemérides recuerda también el asesinato, el 17 de mayo de 1946, del líder campesino Niceto Pérez a manos de latifundistas en las serranías de Guantánamo, distante a unos 950 kilómetros de La Habana.
En ese contexto histórico y como resultado de la organización en los campos de la isla antillana surgió, en una fecha similar de 1961, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP).
Los integrantes de la ANAP están enfocados en elevar la producción de alimentos para reducir los efectos de la crisis alimentaria mundial y el bloqueo económico, financiero y comercial de los Estados Unidos contra Cuba, que dificulta el acceso a los alimentos entre otros recursos esenciales para la vida.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, reconoce el rol de esa fuerza agrícola para satisfacer necesidades de la población y reducir la dependencia del mercado foráneo a partir de una adecuada explotación de sus tierras.
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