A partir del 1ro de enero se eliminó la circulación legal del CUC(peso cubano convertible) y se estableció una tasa de cambio única de 24 pesos por un dólar.
También suprimieron los subsidios excesivos y gratuidades indebidas, y se aplicó una modificación en la distribución de los ingresos, aspectos que integran la denominada Tarea Ordenamiento, según esas fuentes.
El miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y jefe de la Comisión para la Implementación y Desarrollo de los Lineamientos, Marino Murillo, precisó que el proceso está encaminado a superar la mentalidad importadora y propiciar la exportadora con todos los actores económicos.
Se trata de desatar las fuerzas productivas en el país, una manera también de enfrentar las limitaciones de la economía cubana actual y concebir entre todas las formas de gestión, tanto estatal como no estatal, el desarrollo económico y social de la nación.
Murillo resaltó en una comparecencia televisiva que ‘los primeros tiempos confirman la trascendencia del proceso, ya que es muy transversal, tiene que ver con toda la sociedad. No creo que haya persona con la que no tenga que ver de algún modo la Tarea Ordenamiento’, añadió.
Durante su alocución, ratificó que este paso económico y social pretende, además, distribuir las riquezas generadas bajo el principio socialistas del que más aporte, trabaje y sea más eficiente ganará más.
Significó entre los resultados alentadores en este período la eliminación de la sobrevaluación del peso frente al dólar, sobre todo por su impacto en el presupuesto, y los esfuerzos por desterrar deformaciones que limitaban el desarrollo económico, con acciones concretas como la determinación de un solo tipo de cambio, la transformación de los ingresos y la eliminación del CUC.
En tal sentido, explicó que ya se recogió más del 50 por ciento de los 600-700 millones que se deben retirar de la circulación, a razón de unos 12 millones de pesos convertibles diarios, así como la eliminación de subsidios y gratuidades bajo el principio de subsidiar a personas vulnerables y no a productos.
Varios son los elementos manifestados en enero que ratifican la necesidad de emprender la implementación del ordenamiento, dijo Murillo al mencionar entre otros la reforma salarial, la cual ha reajustado y transformado cuantiosos ingresos.
Para Cuba todas estas transformaciones adquieren una notable connotación al realizarse en un contexto económico complejo, marcado por los efectos de la pandemia de la Covid-19, una profunda crisis económica internacional, limitación en la entrada de divisas al país y el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos.
A ello se suma un crecimiento de los ingresos de las personas a partir del incremento salarial, pensiones y asistencia social, un aumento del costo de las formas no estatales de gestión y un alto déficit presupuestario, que siempre tiene sus riesgos inflacionarios, así como la falta de iniciativa y previsión ante los posibles problemas que fue necesario rectificar sobre la marcha.
Para los cubanos este ordenamiento ha sido también otro ejercicio de democracia pues desde su anuncio y puesta en marcha, se escuchan criterios e inquietudes de la población, analizadas desde el Parlamento, el Estado y el Gobierno con la voluntad de revisar y cambiar todo lo que deba ser cambiado, siempre que no atente contra su esencia.
‘Estamos convencidos de que la pandemia pasará, la crisis económica global como otras es cíclica, pero tener un enfoque diferente en el escenario económico nacional, respalda la decisión de implementar y ejecutar el ordenamiento para avanzar en la actualización y la estrategia económico-social trazada por la nación’, aseguró Murillo.
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