En su cuenta de Facebook, el coordinador del proyecto Puentes de Amor, Carlos Lazo, estuvo entre quienes saludaron la extensión de la vida útil del pasaporte cubano de seis a 10 años, la eliminación del requisito de prorrogar ese documento cada dos años y la disminución de su costo.
«Para un emigrado cubano que vive en Estados Unidos, por ejemplo, el costo del pasaporte con todas sus extensiones se remonta ahora a casi 800 dólares y tiene una vida útil de seis años. A partir del 1 de julio de este año, el costo será de 180 dólares y tendrá una validez de diez años, sin necesidad de prórrogas», ejemplificó.
El líder del proyecto que promueve las relaciones entre los residentes en territorio norteamericano y la nación caribeña, la lucha contra el bloqueo económico sostenido por Washington y el entendimiento entre ambos países, reconoció la decisión como un beneficio para las familias.
«Sentimos que este anuncio es la continuación de aquel diálogo que se inició en 1978 entre la Nación y la emigración y que continúa hasta hoy», subrayó.
Tanto Puentes de Amor como otras asociaciones de emigrados habían planteado estos temas como preocupaciones en distintas reuniones con dirigentes del país y diplomáticos, de manera que este paso es considerado un resultado de esos esfuerzos y de la voluntad del Gobierno de estrechar lazos.
Así lo refirió en la misma red social la cubana Rosa María Fernández, quien apuntó que se trata de un viejo reclamo, y conminó a celebrar todo aquello que mantenga el vínculo con la familia cubana.
«Muy justas esas medidas que contribuyen a estrechar las relaciones entre cubanos de todas partes del mundo y entre nuestros pueblos», valoró por su parte Filadelfa Vidal Aguilar.
Esto me hace soñar con la posibilidad de ver mejores relaciones entre mi país de origen, mi Patria, y este donde resido para poder estar junto a mis hijos y nietos, dijo por su parte Loreta Naranjo.
Vladimir Montero Collado mostró igualmente satisfacción por la eliminación de lo que catalogó como vestigios del pasado, con gran impacto en la comunidad cubana en el exterior, y que constituía un obstáculo para el contacto con su tierra de quienes tienen bajos ingresos.
«Con mucha paciencia y empeño se van eliminando los obstáculos que dificultan la construcción de los puentes que soñamos», remarcó.
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