Otrora villa del Espíritu Santo, esta localidad patrimonial posee un espacio público alrededor del cual transitan día a día cientos de espirituanos, algunos de los cuales quizás desconocen su historia y la del patriota nacido en una vivienda que allí se alzó.
Muchos años antes, en ese lugar radicó la ermita de San Juan Bautista, ubicada en la intersección de las calles Independencia (antigua Real) y Agramonte (Príncipe).
La iglesia fue construida en el XVII pero en apenas dos siglos sufrió un gran deterioro y a causa de su estado ruinoso y sin fondos para restaurarla, el obispo de la diócesis ordenó subastarla.
“El mejor postor fue el habanero Domingo Coroalles” quien demolió la ermita y construyó una casa de dos pisos, pero a escasos metros de profundidad quedaron los restos de las personas inhumadas en el antiguo recinto religioso.
De acuerdo con María Antonieta Jiménez, Historiadora de la Ciudad, en esa vivienda “nació el 13 de abril de 1836 Manuel Coroalles Pina, patriota acreedor de la confianza de José Martí (Héroe Nacional de Cuba)”.
Una breve, pero intensa relación existió entre el también destacado médico y Martí (1853-1895), el más universal de los cubanos, quien catalogó a Coroalles como “hombre de patriotismo y sensatez”.
“El buen Coroalles”, con ese y otros calificativos se refirió a este hijo de Sancti Spíritus radicado en Panamá, desde donde prestó sus servicios a la Patria.
Una tarja, cerca de lo que fue el hogar del ilustre espirituano, señala lo siguiente: “Laboró con Martí, Gómez y Maceo por la independencia de Cuba”.
Con el transcurso de los años este inmueble tuvo otros dueños hasta pasar a manos de la Sociedad Mercantil de Fernández y Saénz, mientras que en 1932 fue arrendado a la empresa Nueva Fábrica de Hielo.
Las funciones como almacenes y el escaso mantenimiento deterioraron al viejo edificio que en 1972 fue demolido y en el área libre construido un pequeño parque, nombrado Plaza de la Fundación de la Ciudad.
Con motivo de la celebración del aniversario 480 de la fundación de Sancti Spíritus, fue remozado y creado un monumento alegórico a la fecha el cual permanece allí a la vista de todos.
La obra escultórica es del artista de la plástica Julio Neira, señalan en el libro Calle Independencia que fue Real sus autores María Antonieta Jiménez y Javier León.
El ala de una paloma simboliza al Espíritu Santo bajo cuyo patronato se erigió y desarrolló la ciudad, conocida como la del Yayabo, por el río de igual nombre que la atraviesa.
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