El también presidente de la nación caribeña recordó en el VI Pleno del PCC, celebrado en esta capital, que se han implementado varias medidas y acciones ante la compleja situación que atraviesa la isla, según informó un reporte de la televisión nacional.
No obstante, señaló, queda ser más riguroso en el aseguramiento político y administrativos de estas, «sin dejar de desconocer que muchas de las medidas para su implementación y regulación necesitan componentes en divisa, de los cuales no hemos dispuesto».
Díaz-Canel hizo un análisis de los debates sostenidos recientementes por las máximas autoridades del país en 15 territorios, a los que catalogó de críticos y sin autocomplacencias.
El mandatario convocó a seguir potenciando la autonomía municipal, en especial para la producción de alimentos. «Es un imperativo recuperar la agricultura y para ello es vital realizar inversiones, además de eliminar la cadena de intermediarios en la comercialización que encarece la mercancía en su viaje del campo a la tarima», acotó.
El jefe de Estado también hizo referencia a las medidas en las que se trabaja para la captación de divisas, lograr la estabilidad electroenergética, la calidad y rapidez de la inversión extranjera y el comercio electrónico.
Señaló que a pesar de todos estos empeños, el obstáculo fundamental para la isla es el bloqueo impuesto por Estados Unidos, recrudecido durante la pandemia de la Covid-19.
Subrayó que el gobierno estadounidense en ese periodo fue perverso, brutal y genocida, «ese es el enemigo que tenemos, y ese si tiene la mayor parte de la culpa de las cosas que nos pasan a nosotros porque se han ensañado con esta Revolución y este pueblo».
El presidente cubano convocó a enfrentar los desafíos actuales con espíritu de victoria, esfuerzo, talento, empeño y creatividad.
Llamó a pasar del discurso a la acción con integralidad y agilidad e instó a implementar con eficacia todo lo propuesto en el Pleno.
Durante el cónclave fueron aprobadas líneas de trabajo para el impulso de los lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución.
Esas directrices plantean ejecutar medidas audaces en consonancia con el modelo económico de la mayor de las Antillas, evaluar cómo se puede aumentar la producción de bienes y servicios, brindar especial atención al perfeccionamiento de la planificación estratégica central y al desarrollo local, desde las potencialidades de cada municipio.
Las líneas de trabajo también establecen como prioridad la agroindustria, en especial la producción de alimentos, la transformación de la empresa estatal socialista, la sustitución de importaciones y acelerar la concreción de nuevos negocios de inversión extranjera directa.
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