Al igual que su hermana gemela, la centro sureña ciudad de Trinidad fue fundada en 1514, solo que esta celebra la efeméride en enero y la otrora villa del Espíritu Santo lo hace en junio, por lo que el próximo día 4 será su festividad.
Ambas fueron atacadas, sobre todo Trinidad, “atraídos principalmente por el auge de sus riquezas y el excepcional emplazamiento de la villa al sur y centro de la isla (…) Trinidad habría de convertirse en el núcleo más importante de la piratería cubana y española”.
Así lo plantea Fermín Romero Alfau en el prólogo del libro La Trinidad embrujo del nuevo mundo, del periodista, fotógrafo y escritor Raúl García Álvarez.
Si bien lo del güije, ese personaje pequeño y pícaro, es cosa de leyenda, incluso el atribuir a una plaga de hormigas el traslado de la villa en 1522 hacia las márgenes del río Yayabo, los ataques de corsarios y piratas están avalados por argumentos al respecto.
Juan Rodríguez Paz, El Monje, quien falleció en 1995 y fue uno de los pintores primitivos más reconocidos del país, trascendió por sus plumillas colmadas de güijes y duendes.
Sancti Spíritus fue la cuarta de las siete primeras villas fundadas por el Adelantado Diego Velázquez de Cuéllar en Cuba y está situada a unos 350 kilómetros, al este de La Habana.
La tradición y los textos recogen que en 1584 y más tarde en 1665, 1667 y 1719, “arremetieron contra la villa del Yayabo, para saquearla y escarnecerla”, explica el periodista e historiador Pastor Guzmán en un material publicado en el periódico local Escambray, en 2013.
El 20 de agosto de 1667 intentaron un nuevo ataque, que les resultó fallido e incluso realizaron un posterior intento, esta vez el 13 de diciembre de 1719, que también fue repelido, apunta Guzmán.
“Asimismo, en mayo de 1675, diciembre de 1702 y el verano de 1797, atacaron o amenazaron los piratas -y otros- por las costas de Trinidad, siempre llevados por su codicia y voracidad sin límites”, destaca el investigador.
Sancti Spíritus, Epílogo para una historia inconclusa, también del autor García Álvarez, plantea que “los ataques más significativos ocurrieron en 1660 y 1688. Saquearon e incendiaron el poblado y destruyeron los archivos originales del Ayuntamiento y la Iglesia”.
De esta manera, avanza la ciudad de Sancti Spíritus, la cual conserva su nombre en latín, hacia el aniversario 509 de su fundación, en busca de nuevos derroteros, sin dejar de escudriñar en su pasado.
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