En una entrevista con el semanario Le Journal du Dimanche, el mandatario comentó que había advertido al presidente interino Bah Ndaw, quien fue depuesto por la asonada que lideró el coronel Asimi Goita, sobre la salida de las tropas galas en caso de un eventual escenario de radicalización.
Ahora vemos esta posibilidad en Mali de la toma del poder por los islamistas, y si eso sucediera, nos retiraremos, subrayó.
París, la Unión Europea y la comunidad internacional rechazaron lo ocurrido en la nación africana, donde los militares detuvieron a Ndaw y al primer ministro Moktar Ouane, pero los liberaron el jueves.
Activada en 2014 como seguimiento a otras misiones, Barkhane cuenta con cinco mil 100 efectivos desplegados en la convulsa región del Sahel, presencia que genera críticas en sectores locales y en fuerzas progresistas del país europeo, que la atribuyen al objetivo de proteger los intereses galos en la zona, bajo la sombrilla del combate al terrorismo.
Según Macron, en la cumbre de Pau con los jefes de Estado del Sahel, el año pasado, recibió la solicitud de mantener la operación.
Nos quedamos a pedido de los presidentes, porque ya habíamos preparado el camino de la salida, pero entendimos que hacerlo crearía desestabilización; ahora la pregunta está sobre la mesa, y no tenemos la vocación de seguir eternamente allí, dijo tras un periplo que lo llevó a Ruanda y Sudáfrica.
El jefe de Estado defendió un plan de ayuda internacional para el desarrollo de África, apoyo al cual consideró indispensable.
‘Lo digo con lucidez, si somos cómplices del fracaso de África, tendremos que rendir cuentas, pero sobre todo pagaremos también un alto precio, concretamente en el plano migratorio’, manifestó.
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