Los trabajos reconstructivos intentan detener el progresivo deterioro del inmueble, que antiguamente acogía a la iglesia homónima, situada en uno de los puntos focales del centro histórico urbano, resalta el periódico Sierra Maestra.
De acuerdo con la información emitida por el arquitecto Omar López, director de la Oficina del Conservador de la Ciudad (OCC), las actuales faenas dan continuidad a las realizadas desde el siglo pasado para recuperar una edificación del siglo XVIII, muy afectada por el paso de tiempo.
Tras décadas de presentaciones que han privilegiado la música sinfónica, el canto coral y otras manifestaciones, la “Dolores” enfrentó diversos problemas de índole ambiental como plagas y plantas parásitas, además de filtraciones y canalizaciones defectuosas, apuntó el experto.
Esas labores priorizan la cubierta de la sala principal, con pintura y limpieza de acrílicos; el sistema de iluminación, la torre campanario, el mejoramiento del tabloncillo del escenario y el área de las butacas, junto a los locales administrativos y el techo del local de ensayo de la Sinfónica de Oriente.
A pesar de las actuales restricciones económicas del país se decidió acometer este empeño conjunto del gobierno provincial, la dirección de cultura y la OCC, en pos de resguardar un tesoro patrimonial de la urbe que fue declarada como creativa en la música por la Unesco.
Los Festivales Internacionales de Coros, creados por el maestro Electo Silva; los conciertos de piano de Frank Fernández y del cubano residente en el estado norteamericano de Minnesota, Ignacio “Nachito” Herrera, han engrandecido a este sitio patrimonial del panorama sonoro de Cuba.
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