Según el periódico, que cita documentos descubiertos en el Archivo Nacional, el Palacio de Buckingham también negoció clausulas que eximen a la reina Isabel II y a los miembros de la familia real de las leyes contra el racismo y la discriminación sexual aprobadas en la década del 70.
The Guardian asegura, por ejemplo, que en 1968 el jefe de las finanzas de la monarca informó a los funcionarios públicos que la casa real no tenía por costumbre emplear a ‘inmigrantes de color o extranjeros’ en puestos administrativos.
Agrega que todavía se desconoce realmente cuándo se puso fin a esa práctica, pues el Palacio de Buckingham se negó a comentar al respecto, y solo argumentó que desde los años 90 hay personas de minorías étnicas en sus oficinas, pero que no guarda registros de décadas anteriores a esa fecha.
La casa real no negó, en cambio, la existencia de las clausulas que impiden que la reina pueda ser juzgada por supuestos delitos de discriminación racial o sexual, y afirmó que existe un proceso diferente para dirimir cualquier queja en ese sentido.
Las revelaciones de The Guardian llegan después que el príncipe Harry y su esposa de origen afronorteamericano Meghan acusaron a la familia real de racista en una entrevista concedida a la presentadora de televisión estadounidense Oprah Winfrey en marzo pasado.
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