Por Lourdes Pérez Navarro
De la redacción de Ciencia y Técnica de Prensa Latina
Ese es un importante problema de salud que afecta a casi 10 por ciento de la población del planeta y se asocia esencialmente a otras enfermedades no transmisibles y factores de riesgo.
Así lo afirmó a Prensa Latina el doctor Alexander Mármol Sóñora, vicepresidente de la Sociedad Cubana de Nefrología y especialista del Centro Coordinador Nacional de Enfermedad Renal Crónica, Diálisis y Trasplante Renal que radica en el capitalino Instituto de Nefrología.
Según informes del 2022, entre las causas principales están: hipertensión arterial (34,4 por ciento), diabetes mellitus (31,6), uropatías obstructivas (6,5), enfermedad renal poliquística (5,5) y glomerulopatías (4,6).
Las condiciones socioeconómicas en el nivel global provocaron que en los últimos tiempos las dos primeras causas muestren un alza considerable, a lo que han contribuido la inadecuada alimentación y el aumento del estrés y la obesidad.
A ello se suma el impacto de la Covid-19, enfermedad infecciosa que produce un estado inflamatorio crónico que genera las condiciones propicias para producir mayor daño renal.
Mármol destacó que en Cuba –específicamente en el municipio especial de Isla de la Juventud— se llevó a cabo uno de los tres estudios más grandes realizados en el mundo sobre el tema, con la participación de 114 médicos de la familia, el cual mostró que 9,6 por ciento de los más de 80 mil habitantes del lugar padece alguno de los cinco estadios de la enfermedad.
La ERC se define como un daño estructural y/o funcional del riñón por más de tres meses. Se trata de un estado donde el paciente va perdiendo lenta y progresivamente la función renal, y se expresa por marcadores de daño anatómicos o fisiológicos.
Las formas de mantenerlo con vida es por hemodiálisis —conocida comúnmente como riñón artificial— que se hace con la propia sangre del paciente tres veces a la semana en el hospital, o por diálisis peritoneal.
Este último proceder consiste en introducir líquido en el abdomen del paciente y hacer un intercambio para extraer productos nitrogenados y desechos del organismo, lo cual puede realizarse manualmente por enfermeras o por máquinas en la casa del enfermo.
Las estadísticas muestran que la ERC va en aumento en Cuba: el 2022 cerró con mil 492 pacientes bajo tratamiento con hemodiálisis, cifra superior a los mil 186 registrados en 2021.
Es decir, que de 106,8 por millón de habitantes entrando en diálisis en 2021, cerramos el pasado año con 134,4, remarcó el nefrólogo.
TRASPLANTE RENAL
Del total de casos que están en diálisis tan solo de 10 a 15 por ciento puede ser elegible para un trasplante renal, pues el resto no reúne las condiciones para someterse a esa operación.
Ese procedimiento se hace de un donante vivo o de un cadáver, que es ese paciente que está en terapia intensiva con muerte encefálica y la familia está de acuerdo en donar sus órganos.
Las naciones desarrolladas realizan el mayor porcentaje de los trasplantes con donante cadáver, e igual sucede en Cuba, que junto con Uruguay, son los únicos países de América Latina donde se ejecuta ese proceder en 85-90 por ciento.
En el país caribeño se hizo el primer trasplante a partir de un cadáver el 24 de febrero de 1970 y hasta la fecha se han realizado cinco mil 810 en nueve hospitales.
Ellos son: Instituto de Nefrología, Hermanos Ameijeiras, Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas, Pediátrico de Centro Habana, Hospital Militar Luis Díaz Soto, Arnaldo Milian, de Villa Clara; Manuel Ascunce, de Camagüey; Lucía Íñiguez, de Holguín, y Juan Bruno Zayas, de Santiago de Cuba.
También desde 1979 se realiza el trasplante renal con donante vivo y hasta el momento totalizan 582.
Hasta el 2015 se emplearon riñones donados por padres, hermanos o hijos, pero ese año una recién aprobada legislación amplió los tipos de donantes e incluyó a cónyuges, tíos, sobrinos, primos, padrastros y madrastras.
En cuanto al impacto de ese procedimiento, el nefrólogo comentó que el trasplante es tres veces más económico que la diálisis y el trasplantado aumenta su calidad de vida en el orden biosicosocial, pues, entre otros aspectos, no requiere someterse a más diálisis y solo requiere medicamentos y chequeos médicos periódicos.
BUEN MOMENTO PARA LA NEFROLOGÍA
Cuba es el país que más nefrólogos tiene en América Latina por millón de habitantes, con 451, además de contar con mil 293 enfermeras especializadas en el procedimiento de las diálisis, desde las medidas de desinfección del acceso vascular hasta la terapia de hemodiálisis propiamente dicha y la administración de medicamentos.
En opinión de Mármol, la nefrología en Cuba está en uno de sus mejores momentos pues, además de contar con el personal especializado, recientemente, a través de un crédito otorgado por Francia, se adquirieron 540 máquinas de riñones artificiales que prestan servicio a lo largo del territorio nacional.
La labor de los técnicos de laboratorio es esencial en el diagnóstico de los estadios de la ERC.
El Instituto de Nefrología cuenta en estas áreas con modernos equipos, como el Cobas C 311 y el Cobas E 411, los cuales “son tecnologías de punta que en el mundo pocos centros los tienen, y nos permiten cuantificar medicamentos y elementos en sangre que son difíciles de hacer por otros métodos”, explicó la máster en Ciencias y jefa de Laboratorios Yanersy Córdova Rodríguez.
Estos equipos son para analizar la bioquímica de los pacientes en sangre, orina y en otros líquidos biológicos.
Nos han permitido elevar la calidad de la creatinina que realizamos en nuestros pacientes, uno de los elementos primordiales para el diagnóstico de la enfermedad renal, comentó la especialista.
“La nefrología siempre ha sido beneficiada por el Ministerio de Salud Pública con una perspectiva de dializar a todo el que lo necesite y trasplantar a todo el que esté apto. El sistema cubano de salud es homogéneo, transparente y parejo para todo el mundo, porque todos tienen derecho a la diálisis y al trasplante, donde quiera que vivan”, afirmó el doctor Mármol.
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