En una breve declaración en La Haya, Rutte afirmó que dejará su cargo de líder del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD).
Su decisión aboca al país a nuevas elecciones en el otoño debido a la fractura del gobierno integrado por cuatro partidos.
Rutte lleva en el poder desde 2010 y es el segundo líder con más años en el cargo en Europa.
No es ningún secreto que los socios de la coalición tienen opiniones diferentes sobre la política de inmigración, dijo Rutte en una conferencia de prensa días atrás afirmando que “esas diferencias ya son insuperables”.
En concreto se trata de diferencias entre el partido conservador VVD y sus contrapartes de la coalición sobre las medidas para limitar el flujo de solicitantes de asilo al país.
La coalición “perdió su base política” tras la ruptura de las negociaciones. “Eso es sumamente lamentable y al mismo tiempo una realidad política que no podemos evitar”, afirmó.
Además del VVD, el actual ejecutivo está formado por el partido liberal D66, la Unión Cristiana de centro y la Apelación Demócrata Cristiana.
La fuerza política de Rute propuso limitar la entrada a los hijos de los refugiados de guerra que ya están en el país e imponer un plazo de al menos dos años para que las familias puedan reunirse.
Dos de los partidos de la coalición de VVD, Christian Union y D66, se negaron a apoyar las restricciones, lo que provocó la división.
El número de solicitudes relacionadas con el asilo aquí aumentó de 36 mil 620 en 2021 a 47mil 991 el pasado año, la mayoría procedentes de Siria, según el Servicio de Inmigración y Naturalización de Holanda.
Según estimaciones oficiales estas podrían superar las 70 mil para finales de 2023.
Hoy los Estados Generales (Parlamento) discutirán la caída del gobierno pues por ley las elecciones no pueden celebrarse dentro de los 90 días posteriores a la renuncia de un Ejecutivo, por lo que es posible que el proceso sea aplazado hasta noviembre.
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