El proceso productivo inicia con la recolección de las hojas, pesaje y despalillado –donde laboran cuatro mujeres-, luego son puestas en cajas y pasan a otra área para el lavado, explicó a Prensa Latina Yoander Meneses, especialista principal de la unidad.
Tenemos en estos momentos un nivel de producción inicial de 54 kilogramos de producto terminado, que debe ser enviado hacia La Habana, indicó.
Después de cada proceso productivo, con el empleo de medios de protección especializados, es esencial realizar la higienización y tras lavar las hojas estas se centrifugan y después pasan para los hornos de secado, comentó.
Ahí laboran operarios capacitados para esta tarea, donde hay seis hornos que funcionan en tres colectores, detalló.
El elemento más novedoso resulta el empleo de fuentes de energía renovable para el secado de la materia prima, al usar la energía solar, dijo.
Luego se guardan por lotes en la llamada área de cuarentena. El molinado es lo último y más tarde es envasado el polvo de moringa, la cual tiene muchas propiedades y proteínas, en cubetas plásticas específicas, señaló.
Tenemos un total de 23 trabajadores, incluyendo los que laboran en la zona agrícola.
El polvo obtenido en esta planta, enclavada en la Empresa Agroindustrial de Granos Sur del Jíbaro, estará destinado a la industria farmacéutica, la exportación y como suplemento nutricional.
Este proyecto fue concebido por el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, (1926-2016).
La fábrica cuenta con tecnología de punta y posee una capacidad para producir 20 toneladas anuales del polvo de moringa.
Conocido en el mundo como árbol milagroso, de la vida y luz de la esperanza es originario del norte de la India y además de nutritivo, beneficia la salud por su alto contenido de proteínas, minerales, vitaminas y antioxidantes, aseguran los expertos.
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