Estos primeros seis meses se van con solo siete temblores perceptibles, con magnitudes inferiores a 6.0 en la escala de Richter y localizados al sur de la región oriental de Cuba y uno al norte de Honduras que fue perceptible en la región centro-occidental del país.
Los otros se ubicaron en las inmediaciones de Haití y fueron percibidos en la costa sur de la mitad este de la región oriental de Cuba, de acuerdo con los datos aportados por el SSNC, perteneciente al Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais), con sede aquí.
En 10 de esas áreas delimitadas por esos entes científicos la sismicidad fue considerada alta, con un total de tres mil 516 terremotos y en correspondencia con la energía liberada, mientras que solo en las de Pinar y las de Bahamas Sur y Bahamas Norte fue valorada como normal.
Un elemento muy interesante se deriva de que la actividad telúrica más significativa tuvo lugar al norte de las provincias orientales de Las Tunas, Holguín y Camagüey, con un total de 884 movimientos en un rango de 1.34 a 4.3 grados de magnitud.
A tenor con esa situación fue instalada recientemente una estación temporal de monitoreo en la localidad de Puerto Padre, perteneciente al primero de esos territorios.
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