Auspiciado por la Embajada de Sri Lanka, que sirvió de sede al evento, el profesor Mihita ofició un Buddha Puja (ritual budista) a unos 60 cubanos que integran varios grupos en los que comparten conocimientos y aprenden sobre esta milenaria doctrina filosófico-religiosa.
Aunque ha estado en Cuba en ocasiones anteriores, esta es la primera vez que el venerable maestro reúne bajo el mismo techo a tantos seguidores del budismo en la isla para impartirles enseñanzas, prácticas, ejercicios, preceptos y buenos hábitos de vida que conforman la doctrina budista.
Al introducir el evento, el embajador Lakshitha Ratnayake afirmó el compromiso de la misión en apoyar las actividades de los seguidores de la práctica budista en la isla y expresó la aspiración de que con el apoyo del gobierno de Cuba pudieran tener un templo al igual que las iglesias ortodoxas y cristianas tienen los suyos, y los musulmanes su mezquita.
El budismo no está basado en la fe ciega en las escrituras, ni en ningún dios, es una doctrina y práctica científica, empírica que emana de la experiencia de la vida, en la cual la mente es la precursora, la guía del comportamiento en busca del bienestar espiritual, mental y del cuerpo, explicó a Prensa Latina el Profesor Mihita.
Es considerado una religión «no teísta», pues sus practicantes no siguen a una deidad en particular, y se centran en buscar la paz, la armonía, la tranquilidad y el equilibrio entre mente y cuerpo.
Este sistema filosófico-religioso tuvo su origen en las enseñanzas de Buda (siglo VI antes de Cristo), y se caracteriza por creer en la reencarnación y por aspirar a alcanzar el Nirvana (estado supremo de felicidad plena que logra el alma) a través de una vida de quietud, contemplación, austeridad y disciplina moral.
En Cuba, no hay más de mil seguidores de esta doctrina, dispersos en varios grupos que siguen los preceptos de diferentes escuelas budistas, dijo a Prensa Latina Nelson Ochagavía, activista de la agrupación Dhammadasa (Espejo de la Enseñanza).
Por ahora, el budismo en la isla está en un estado embrionario con manifestaciones en siete provincias; hay conocimientos pero no lo siguen como un ejercicio de vida, muy pocos lo toman como una guía o no lo sienten como un modo de vida, añadió Ochagavía.
De hecho, este encuentro es el primer gran esfuerzo en el empeño por trazar un camino común e ir unificando y poder difundir la práctica budista con la guía y enseñanzas del profesor Mihita para formar maestros entre sus discípulos y afianzar conocimientos, acotó el joven activista.
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