El grupo escogió como vicepresidentes a Andrés María Napoli, de Argentina, y a Carole Stephens, de Jamaica.
Al intervenir en el encuentro, el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), José Manuel Salazar-Xirinachs, destacó la importancia de este instrumento para alcanzar un desarrollo más sostenible e inclusivo.
El Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, más conocido como Acuerdo de Escazú, fue adoptado en 2018, entró en vigor en 2021 y cuenta con 24 países signatarios y 15 Estados parte.
En sus declaraciones, recordó Salazar-Xirinachs que la región posee una riqueza natural extraordinaria, pero está seriamente tensionada por el cambio climático.
Desde 1970 la abundancia de especies se redujo considerablemente, la deforestación de la Amazonía se incrementó, los glaciares de Los Andes tropicales perdieron al menos 30 por ciento de su área desde 1980 y la erosión del suelo afecta a buena parte del continente, dijo el funcionario del organismo de la ONU.
Añadió que el aumento de la temperatura por el calentamiento global provocará en el área una reducción del Producto Interno Bruto de entre 1,3 y 3,3 puntos hacia 2030.
El secretario ejecutivo destacó la importancia de la reciente cumbre de la Amazonía, celebrada en Brasil, la cual –dijo- muestra el compromiso por buscar soluciones regionales y globales al cambio climático.
En la clausura del encuentro, la ministra chilena de Medio Ambiente, Maisa Rojas, elogió la buena distribución de género y geográfica del comité para la aplicación del Acuerdo de Escazú que, además de los países mencionados, estará integrado por Uruguay, Granada, Panamá y Chile.
Rojas llamó la atención sobre los eventos extremos que afectaron en el último mes, principalmente al hemisferio norte, al punto de que la ONU llamó a cambiar el término de calentamiento por el de ebullición global.
ro/car