Más de 600 bomberos se movilizaron con el apoyo de una decena de aviones y tres helicópteros para combatir un fuego descrito como muy agresivo, que comenzó en la tarde de ayer en un territorio con gran afluencia de turistas.
Según el ministro del Interior, Gérald Darmanin, varios uniformados sufrieron heridas, uno de ellos de gravedad.
El funcionario destacó el esfuerzo de los bomberos frente al incendio que amenazó las comunas de Saint-André, Sorède y Argelès, con cientos de personas que siguen en albergues, en medio del período vacacional.
De acuerdo con el alcalde de Saint-André, Samuel Moli, el fuego generó una situación catastrófica, con daños pendientes de evaluación.
Pese a este incendio forestal en los Pirineos Orientales, la temporada veraniega ha estado menos activa de lo previsto, aunque las autoridades continúan vigilantes, sobre todo en el sur francés.
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