Cada plaza en un centro de acogida marca la diferencia en la lucha contra la violencia doméstica a la que todas tienen derecho, acotó.
Diariamente en Alemania un marido o exmarido intenta matar a la que es o era su mujer, y casi cada tres días uno de ellos lo consigue, dijo la ministra durante una visita a un refugio en Heilbronn, en el suroeste del país.
Con frecuencia los centros de acogida para mujeres aquí son anónimos, pues los agresores no deben conocer el paradero de su pareja e hijos para evitar nuevas agresiones.
Pero no siempre es así, como en el caso del emplazado en Heilbronn, desarrollado en base a modelos neerlandeses.
El anonimato no siempre ofrece protección y puede ser estresante, según Kathrin Geih, funcionaria de la institución.
En realidad, a veces es mejor establecer la protección haciéndola pública porque la comunidad tiene claro que no tolera la violencia y todos juntos están atentos y vigilantes, dijo Paus durante su visita.
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