Un juez del Tribunal de la Corona de Manchester (norte), anunció la sentencia contra Lucy Letby, de 33 años, quien actuó con “premeditación, cálculo y astucia”, según el veredicto.
De acuerdo con las pruebas presentadas por la Fiscalía, Letby mató a los recién nacidos inyectándoles aire con una jeringuilla vía intravenosa mientras trabajaba en el hospital Condesa de la ciudad de Chester.
La mujer se negó a comparecer hoy ante el tribunal para escuchar los relatos de los padres de los niños y el dictamen del magistrado, tras ser declarada culpable el viernes.
Son delitos de una gravedad muy excepcional. Hubo una profunda malevolencia que bordeaba el sadismo (…) no tienes remordimientos (…) no hay factores atenuantes, expresó el magistrado al dictar sentencia.
Ordeno que las disposiciones de liberación anticipada no se apliquen. Una orden de cadena perpetua por cada delito y pasarás el resto de tu vida en prisión, concluyó el juez.
El jurado tardó más de 110 horas en alcanzar el pasado viernes el veredicto de culpabilidad.
Los asesinatos ocurrieron entre junio de 2015 y junio de 2016, cuando se reportaron varias muertes por causas inexplicables de recién nacidos en el hospital Condesa de Chester.
Allí trabajó la sentenciada como estudiante en prácticas durante tres años, antes de terminar sus estudios en la universidad local y especializarse como enfermera infantil.
Desde entonces trabajaba en la unidad neonatal, especializada en bebés que requieren distintos niveles de cuidados.
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