En un intercambio con la prensa, la directiva se refirió al fuerte impacto de esa política en las transferencias bancarias para impedir el acceso del país al dinero obtenido por las negociaciones realizadas con los clientes, y la permanente exhortación al robo de talentos y las firmas de contratos individuales por parte de los atletas y especialistas.
El recrudecimiento del asedio a la mayor de las Antillas provocó una disminución en la cifra de colaboradores cubanos tramitados por Cubadeportes S.A. y golpeó de manera desfavorable la gestión comercial de la empresa, precisó.
Según González, cerca de 600 especialistas abandonaron sus contratos en los últimos años para impedir la entrada a la nación de millones de dólares, además de los gastos provocados al no poder adquirir de primera mano los productos y tecnologías de punta obligó a realizar las gestiones por terceros países y en ocasiones el costo se incrementó en un 30 por ciento.
Al cierre de 2020, esa entidad dejó de ingresar a su cuenta más de dos millones dólares por concepto de servicios prestados al exterior, y no pudo concretar nuevos negocios en varias naciones que contribuirían a la compra de bienes y servicios vitales para el sistema deportivo de la mayor de las Antillas, añadió.
A ello se unió la compleja situación internacional y las más recientes afectaciones provocadas por la pandemia que amenaza la estabilidad comercial de Cuba y buena parte del mundo, y el boicot a los esfuerzos para obtener acreditaciones, licencias, patentes y marcas internacionales.
Por su parte, el tesorero de la Federación Cubana de Béisbol (FCB), Luis Daniel del Risco, criticó al cerco estadounidense por sus graves consecuencias en el deporte más seguido por los aficionados del país caribeño al faltar las materias primas para fabricar pelotas y otros implementos, con su consecuente efecto en el desarrollo de los atletas desde edades bien tempranas.
Al imposibilitar a la FCB recibir el dinero de los contratos de jugadores insertados en Japón, México, Venezuela y Nicaragua, y por estimular las deserciones de talentos, en estos últimos tiempos, consecuencia del acuerdo fallido con las Grandes Ligas de Estados Unidos.
El gobierno del exmandatario estadounidense Donald Trump (2017-2021) bloqueó un pactó que permitía a los peloteros cubanos firmar contratos profesionales con los 30 equipos de la ‘Gran Carpa’.
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