La Unión Nacional de Escritores y Artistas, el grupo Senderos, los Centros del Libro y de Patrimonio, las casas municipales de Cultura Miguel Matamoros, Dranguet y Micaela, la Oficina del Conservador de la Ciudad, el Consejo de las Artes Escénicas y el grupo de teatro El Muelle auspiciaron la iniciativa.
Con el precedente del proyecto La Habana de Carpentier, desarrollado durante la Feria Internacional del Libro de La Habana, ciudad entrañable para el prominente novelista, los santiagueros trazaron ese recorrido que incluyó el Muelle de luz y barrios de antiguos asentamientos franceses.
En ese entorno resultaron vitales El Tivolí, que arropó al Café Concert y donde se ubica la galería Botalín, nombrada por ese pintor imprescindible de las artes visuales en la urbe; la primera Catedral en la Isla y el Centro de Divulgación e Interpretación del Patrimonio Cultural Cafetalero.
En varios de esos lugares fueron expuestas y comercializadas obras del autor de El Siglo de las Luces y El reino de este mundo, con su encomiable capacidad para reflejar las esencias de la espiritualidad de los pueblos, principalmente de los que habitan las tierras caribeñas.
Cuando la séptima villa fundada por los españoles celebró en días recientes sus 508 años, devino un noble empeño este periplo cultural en homenaje a uno de los grandes escritores de las letras cubanas, Premio Miguel de Cervantes de Literatura y adalid en la defensa de la cultura nacional.
Precisamente, en un confortable recinto del reparto Terrazas funciona el Centro provincial de Artes Plásticas y Diseño, conocido también como Galería de Arte Universal, donde se han apreciado piezas de alto valor estético gracias a la donación de Carpentier con el monto financiero de ese galardón.
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