En conversación con Prensa Latina precisó que el Parque se encuentra ubicado en la Bahía de Buena Vista, declarada Reserva de la Biosfera por Unesco, donde convergen las provincia de Villa Clara, Ciego de Ávila y Sancti Spíritus.
Es un área protegida con 20 mil 490 hectáreas repartidas en terrestres y marinas, donde sobresale la biodiversidad. Las marinas tienen un segmento de la bahía Buenavista donde se localiza el archipiélago Cayos de Piedra, precisa.
Los cayos con una morfología única de su tipo en el país, comentó, están conformados por una serie de pequeñas islas con cúpulas cársicas y un gran desarrollo desde el punto de vista espeleológico, así como más de 150 espeluncas repartidas entre solapas, cuevas y cavernas.
Antonio Núñez Jiménez, considerado el cuarto descubridor de Cuba, clasificó las cuevas presentes allí como freáticas horizontales tipo Caguanes, aseguró.
Son muy importantes, porque estas espeluncas poseen una gran diversidad de formaciones secundarias que las convierten en verdaderos laboratorios de espeleotemas (estalactitas, estalagmitas, columnas, mantos, represas, perlas de cuevas, formaciones fungiformes o en forma de hongos invertidos y helictitas o excéntricas), añadió.
Sus particularidades geográficas permitieron que hombres precolombinos se asentaran aquí desde hace más de seis mil años, fuente de creación de los sitios santuario a la memoria de aquellas comunidades.
Según el especialista existen 40 sitios, 39 de ellos en los cayos, donde resulta visible la presencia de todas las culturas aborígenes del archipiélago -guanajatabeyes, siboneyes y taínos-, con mayor presencia los grupos mesolíticos, recolectores, pescadores y cazadores.
Como detalle principal están los murales de pictografías con creaciones abstractas en colores rojo y negro, donde sobre salen las existentes en las cavernas de Los Chivos y la Cueva del Pirata, en Caguanes.
Mientras en la gruta de Judas, la de la Guayarúes, aparece el mayor mural de petroglifos de esta parte del país, también existen obras en los Cuchillos y de las Pinturas, en Cayo Salina, entre otros puntos de la zona.
Un lugar distintivo es la Cueva de Ramos, en el centro de Cayo Caguanes, conjunto con Colón, Conchas y Nuevas de más de mil 100 metros de longitud, conocido como La catedral del arte rupestre cubano.
Un dato revelador es que el lugar fue habitado hace más de dos mil años por comunidades aborígenes que dejaron grabadas en las paredes tradiciones, mitos y leyendas.
Algunas cuevas tienen lagos freáticos y gracias a esa diversidad, llena de ecosistemas de manglar, había gran cantidad de alimentos como peces, aves, reptiles, crustáceos y mamíferos marinos.
Al analizar la existencia de los sitios arqueológicos mencionó a Playa Carbó como el más importante, pueblo de la cultura arahuaca que vivía en palafitos o casas sobre pilotes y donde aparecieron piezas de cerámica, concha y piedra; la más representativa es la guaiza o careta de concha, aclaró.
Lo más reciente, recordó Falcón, en arqueología fue una excavación en la Cueva de La Guinea, en la loma de Guayarúes -junto a expertos de la Universidad de Winnipeg, Canadá, en febrero de 2020-, donde se hallaron restos de seis individuos de los grupos aborígenes más antiguos de la zona.
Además en el Parque existen más de 400 especies de plantas, bosque semideciduo micrófilo que crece sobre las cúpulas cársicas de los Cayos de Piedra. La flora tiene especies autóctonas y endémicas, como la bacona, árbol maderable de mayor población en esta parte de Sancti Spíritus.
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