La decisión fue divulgada ayer por el ministro de Educación Nacional, Gabriel Attal, a pocos días del comienzo del curso escolar 2023-2024.
En declaraciones al canal TF1, el funcionario argumentó la medida con el carácter laico del Estado francés y con la alegada necesidad de proteger «el santuario laico que debe ser la escuela de un símbolo religioso».
Desde la izquierda diversas voces fustigaron la decisión, denunciando una medida contra los musulmanes, mientras desde la derecha la respaldaron.
Para la jefa de la bancada de La Francia Insumisa en la Asamblea Nacional, Mathilde Panot, se trata de una «obsesión» de Attal contra los musulmanes, al tiempo que su compañera de filas Clémentine Autain acusaba al gobierno de actuar como la policía de la vestimenta y de manera anticonstitucional.
Por su parte, la vocera del Partido Socialista Chloé Ridel estimó en la cadena BFM TV que hay otros temas más importantes a abordar de cara al retorno a las aulas, entre ellos la inflación y su impacto en los estudiantes.
También el vicepresidente del Consejo Francés de Culto Musulmán, Abdallah Zekri, rechazó la medida, al señalar que la abaya es «una forma de moda y no una prenda religiosa».
Esta mañana, el portavoz gubernamental Olivier Véran defendió la decisión de Attal, atribuyéndole a la prenda un carácter religioso e insistiendo en que la escuela representa un » templo de la laicidad».
El dirigente conservador Eric Ciotti, líder del partido Los Republicanos, celebró la prohibición de la abaya y calificó en la red social X al «comunitarismo» de «lepra que amenaza a la República».
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