Daniel Abed Khalife, exmiembro del Ejército, huyó en una furgoneta de reparto de la cocina de una cárcel de Wandsworth, al oeste de esta capital, y provocó un amplio despliegue en todo el país.
Los aeropuertos y puertos intensificaron los controles de pasaporte a los pasajeros, pues las autoridades creen que el prófugo intentará dejar Reino Unido.
Esa situación provocó retrasos y largas filas en las terminales de Heathrow y Gatwick, Manchester y el puerto de Dover.
No obstante, la policía aseguró que Khalife representa un “riesgo bajo” para la población.
Según el canal Sky News, el joven resultó acusado formalmente el pasado 27 de enero tras una investigación de la unidad antiterrorista de la Policía Metropolitana.
Entre otros cargos, se le imputa por obtener información sobre miembros de las Fuerzas Armadas que podría ser usada con propósito terrorista, y por colocar objetos que simulaban bombas en una base militar.
Su juicio está previsto para el próximo 20 de noviembre en el tribunal de Woolwich.
Medios británicos vaticinan una nueva crisis política para el gobierno del conservador Rishi Sunak tras el hecho, y se cuestionan por qué el sospechoso no estaba en una prisión de máxima seguridad.
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