El presidente de la Asamblea Nacional del Popular (Parlamento), Esteban Lazo, apuntó en X, antes Twitter, que el pensamiento de ese revolucionario se mantiene vivo en el patriotismo y sentimiento revolucionario del pueblo y en la convicción de que aquí no se rinde nadie (en referencia a una de las frases más icónicas de Almeida).
Por su parte, el primer ministro de la nación caribeña, Manuel Marrero, lo calificó en la misma red social como un hombre humilde, valiente y sensible, con gran amor y fidelidad a la Patria, siempre sonriente.
Asimismo, el secretario de organización del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Roberto Morales, significó que la obra de Almeida perdura e inspira, pues enseñó que por difíciles que sean las circunstancias la rendición no es una opción.
Almeida (1927-2009) nacido en una familia extremadamente humilde, fue uno de los protagonistas de la epopeya iniciada con el ataque al cuartel Moncada el 26 de julio de 1953, fue condenado a presidio junto al líder histórico Fidel Castro, junto a él viajó al exilio en México y fue uno de los 82 expedicionarios del yate Granma.
Comandó el Tercer Frente Guerrillero de Santiago de Cuba -oriente del país- y ocupó numerosas responsabilidades después del triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959.
Integró el Buró Político del CCPCC desde su fundación en 1965, fue diputado y vicepresidente del Consejo de Estado, entre otros altos cargos, y presidió la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana.
Recibió múltiples condecoraciones como el Título Honorífico de Héroe de la República de Cuba y la Orden Máximo Gómez de primer grado.
Pero al mismo tiempo sobresalió por su sencillez personal, según lo recuerdan sus allegados, y por su sensibilidad artística y su obra como compositor, casi sin preparación musical alguna, de más de 300 canciones de casi todos los géneros y como escritor de una docena de textos.
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