Tenerlo como un artista del mundo cinematográfico nacido en este país significa estar orgulloso de nuestro cine, de la identidad que nos acompaña desde el propio nacimiento de la nación.
Luego de egresar de la carrera de Historia por la Universidad de La Habana, tempranamente comenzó a dedicarse al cine y en 1960 inició sus andanzas en el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfico (Icaic), primero como asistente de dirección y más tarde como productor.
Fue fundador del movimiento del Nuevo Cine Latinoamericano y su proyección internacional la alcanzó en 1986 con “Un hombre de éxito”.
Y mire si fue de triunfos y con esta producción alcanzó logros, que fue la primera cinta cubana en ser candidata al Oscar en la categoría de Mejor Película de Habla no Inglesa.
En 2003 creó el Festival Internacional de Cine Pobre, una muestra alternativa en Gibara y dos años después obtuvo el Premio Nacional de Cine cubano.
Su legado continúa y actualmente ese cine impulsado por él en las regiones montañosas de Cuba continúa el enorme desafío ético de este realizador para consolidar, con una visión pragmática, múltiples espacios profesionales del Séptimo Arte de rigor artístico aquí y en el extranjero.
Hoy el magisterio de Solás es un referente obligado para las presentes y futuras generaciones de realizadores cinematográficos, y en ese instituto que integró desarrolló su valiosa obra como creador.
Entre sus obras más recordadas están “Manuela” (1966), la mencionada “Lucía” (1968), “Cecilia” (1981) y “Miel para Oshún” (2001), merecedora en 2002 del Premio Ariel a Mejor Película Iberoamericana.
Sus filmes participaron en selecciones oficiales de los festivales de cine de Cannes, de Venecia, Toronto, Monreal, además, del Sundance y el certamen internacional de San Sebastián.
En 1974 obtuvo el premio Concha de Oro al Mejor Cortometraje con la obra “Simparelé”.
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