En la segunda jornada de su visita de Estado a Francia, el monarca pronunció un discurso en el Senado, donde subrayó la importancia del aporte de los gobiernos, los ciudadanos y el sector privado en la protección del planeta.
De acuerdo con Charles III, Londres y París deben impulsar su labor conjunta a favor de la sostenibilidad, en aras de una respuesta más eficaz a la emergencia global en términos de clima y biodiversidad.
La intervención bilingüe del soberano, quien sucedió el año pasado en el trono a su fallecida madre, la reina Elizabeth II, también incluyó la cuestión del conflicto entre Rusia y Ucrania, en el que saludó la cooperación franco-británica.
Ambos países apoyan a Kiev, en sintonía con la postura occidental, por lo que expresó en esta capital su deseo de que Ucrania salga victoriosa de la guerra.
Después de su discurso en el Senado, Charles III se dirigió en el “Bentley State Limousine” al vecino departamento de Saint-Denis, donde él y la reina consorte Camila fueron recibidos por la primera dama, Brigitte Macron.
En Saint-Denis, el rey británico recibió la camiseta del Paris Saint-Germain (PSG) de manos del presidente del club de fútbol, Nasser Al-khelaïfi, y visitó la basílica de Saint-Denis, una joya del arte gótico que es la última morada de varios reyes de Francia.
La visita de Estado del monarca concluirá mañana, un viaje previsto inicialmente en marzo pasado, pero tuvo que ser pospuesto por las protestas contra la reforma de la jubilación.
Marcada por simbolismos, la estancia de Charles III es considerada un mensaje de amistad entre ambas potencias europeas, que pasaron por momentos muy tensos en asuntos migratorios y de la pesca posBrexit antes de la elección de Rishi Sunak como primer ministro del Reino Unido.
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