La víctima fue encontrada con heridas graves en un matorral el pasado día 14, después de que sus padres denunciaran su desaparición al no verlo regresar del campo de deportes en la pequeña comuna de Pragsdorf. Más tarde el infante murió en el hospital.
Los investigadores encontraron cerca de la escena del crimen un cuchillo con las huellas de ADN del occiso y, “con una probabilidad muy alta”, las del sospechoso, indicó la policía en un comunicado.
Por el momento se desconocen los motivos del crimen, precedido de varios asesinatos de niños que conmocionaron a la opinión pública del país.
En marzo, adolescentes confesaron el homicidio de una de sus compañeras en el oeste, pero no eran penalmente responsables porque tenían menos de 14 años, la edad mínima en Alemania para ser condenadas.
Mientras en septiembre del pasado año la justicia acusó a un infante de matar a una niña en un hogar infantil en Baviera (sur) y ese mismo mes, un adolescente de 14 resultó detenido por matar a otro en un recinto escolar en la misma ciudad, según la prensa local.
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