En un discurso ante la Asamblea de Córcega, controlada por los nacionalistas, el mandatario precisó en la capital de la hermosa isla que la idea es “la entrada de Córcega en la Constitución (…), para que no sea ni contra el Estado ni sin el Estado”.
De acuerdo con Macron, se trata de un momento histórico, asumiendo que sería “el statu quo el fracaso de todos nosotros” en el territorio, el cual está en poder de Francia desde el Tratado de Versalles de 1768 con la entonces República de Génova, que lo gobernaba desde 1284.
A su juicio, la nueva etapa institucional permitirá anclar plenamente a Córcega en la República, bajo el reconocimiento de sus particularidades.
En ese sentido, el presidente fijó un período de seis meses para elaborar el texto que buscará incorporar a la carta magna.
Yo soy partidario de que las especificidades de la comunidad insular corsa sean reconocidas en la Constitución dentro de su propio artículo, el de comunidad insular histórica, lingüística y cultural, afirmó.
Según la visión local, las promesas de los gobiernos franceses no han sido cumplidas, por lo que la visita de Macron a Ajaccio genera expectativas en un sector de la población, pese a que las propuestas autonómicas ya venían preparándose desde hace unos meses.
Temas como el fiscal, la lengua y la educación parecen bien complicados, algunos considerados una línea roja por París, con el argumento de que no aceptará dos clases de ciudadanos.
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