Varsovia calificó la reforma como un “dictado de Bruselas y de Berlín” tras un acuerdo alcanzado la víspera, tras tres años de parálisis en las negociaciones sobre el tema, considerado clave para avanzar en la reforma del Pacto de Migración y Asilo.
El tema es un asunto pendiente para el bloque regional, reconocido por altos cargos del mecanismo, y denunciado por organizaciones humanitarias y de derechos humanos.
El acuerdo se produjo justo antes de la cumbre del bloque en la ciudad española de Granada este viernes.
Austria, Eslovaquia y República Checa se abstuvieron durante la votación del texto que debe ser ratificado por mayoría cualificada.
Una vez que los distintos textos de la reforma se adopten de forma definitiva, las reglas se impondrán a todos los Estados miembros, incluso los que votaron en contra.
Los países que no apliquen la ley pueden ser sometidos a procedimientos de infracción, según las normas comunitarias.
En ese contexto los gobiernos de Budapest y esta capital llamaron a sus compatriotas a participar en un controvertido referéndum sobre cuestiones migratorias, que se organizará al mismo tiempo que las elecciones legislativas del 15 de octubre.
El nuevo acuerdo propone ampliar la duración de la detención de inmigrantes en las fronteras exteriores del bloque y hacer que los países menos afectados contribuyan, ya sea recibiéndolos o cubriendo sus costos.
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