Tapia, acompañado de la directora regional del Programa Mundial de Alimentos (PMA), María Dolores Castro, se interesó por los dividendos obtenidos en esta actividad agrícola, la cual forma parte del proyecto ProAct, diseñado para aumentar la resiliencia comunitaria en siete municipios de este central territorio cubano.
En el municipio costero de Caibarién, distante a más de 50 kilómetros de esta ciudad, los visitantes constataron los buenos resultados alcanzados por trabajadores locales en cuanto a la producción y suministro de alimentos diversos y nutritivos , fundamentalmente hortalizas, destinados en su mayoría a centros escolares.
El modelo productivo se extiende, además, a los Sistemas de Atención a la Familia (SAF) del norteño territorio como en el organopónico urbano Hospital, donde los visitantes pudieron observar la presencia de paneles solares y un sofisticado sistema de riego, así como la variedad de cultivos, entre ellos, el quimbombó, ají, plátano, acelga, orégano, habichuela y apio.
Se personaron, asimismo, en el comedor de la escuela primaria seminterna Francisco Ferrer Guardia, uno de los centros beneficiados con el proyecto Huertos Urbanos Resilientes.
Esta nueva propuesta, también enmarcada en los municipios de Sagua la Grande y Encrucijada, extiende el modelo a los Sistemas de Atención a las Familias e incorpora la producción de proteína animal (ganado menor).
Bajo el nombre «Huertos urbanos resilientes», el proyecto brinda apoyo a los huertos domésticos y la agricultura urbana, a fin de lograr sistemas alimentarios locales más resistentes.
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