La muestra quedó abierta al público en el Consejo Nacional de Casas de Cultura, donde el laureado bailarín y director artístico agradeció la deferencia y recordó sus orígenes en la danza, y honrando ese recuerdo declaró sentirse siempre un amateur.
También expresó su disposición de seguir ayudando al movimiento de aficionados en el país y a todo aquel que quiera compartir experiencias.
Esta muestra fotográfica de pósters ilustra cuánto converge un hombre con su obra, desde una realidad tangible entre lo espiritual y el ser, logrando que un espacio temporal, efímero más bien, se convierta en eterno, explica la propaganda de la exposición.
Se trata de un recorrido visual que ilustra una parte cimera de la historia de la danza en la isla, con una paleta de colores breve, que ensambla tonos cálidos y neutros.
Todo ello desde la subjetividad de la presencia escénica de un hombre con el sueño de bailar que llegó a convertirse en referente para el folklore y por su interpretación quedará en la eternidad como “el Shangó de Cuba”.
En el evento no faltó el agradecimiento al artista de la plástica Santos Toledo, Premio Nacional de Diseño Eduardo Muñoz Bachs, por dar vida a esta muestra.
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