La medida provocó el viernes retrasos en las terminales y la suspensión de al menos 20 vuelos en el aeropuerto internacional Arturo Merino Benítez, de Santiago.
El gremio planteó un pliego de siete peticiones, entre las cuales figuran dar solución a problemas técnicos en las comunicaciones, navegación y vigilancia, indispensables para un tráfico seguro y eficiente.
Exigen, además, ampliar el personal y mayor inversión en equipos y tecnologías funcionales y confiables que operen sin errores, así como en infraestructura para alcanzar estándares mínimos y desarrollo profesional.
Según los controladores en dos ocasiones este año quedaron incomunicados con los vuelos a causa de la utilización de equipos obsoletos, sin embargo, la Dirección General de Aeronáutica Civil aseguró que ello se debió a razones externas, específicamente de conexión con la fibra óptica.
Otra demanda del sector es la reactivación de las negociaciones para promulgar una ley propuesta en gobiernos anteriores, orientada a establecer una jornada laboral de 32 horas semanales.
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