Cuna de importantes artistas del lienzo como Fidelio Ponce de León (1895-1949), abre sus puertas la urbe en esta ocasión para el también conocido como Salón de Artes Visuales que gira en torno a la figura del instructor de la manifestación.
En declaraciones a Prensa Latina el artista Nazario Salazar, a quien se le dedica la presente edición de Ecos de Adoquines, habló del rol de los instructor de arte en el fomento de la cultura de Cuba.
“Específicamente en este año, que es el que está dedicado a los instructores de arte, me parece que es muy bueno, porque en muchas ocasiones nos vamos a los grandes maestros, a la gente que ya tiene un nombre y sin embargo, a los muchachos que comienzan, que tienen una responsabilidad tremenda, a esos hay que abrirle oportunidades”, expresó.
Maestro de generaciones diversas y colaborador con instituciones como la Academia Vicentina de la Torre, es Salazar un bastión en la formación de las figuras emergentes.
“Yo fui también instructor de arte y hay veces que no reciben lo que deben de recibir. O sea, el trato que deben de tener, el lugar importante que tiene el instructor de arte”, dijo con espíritu crítico el protagonista de disímiles exposiciones que trascienden fronteras.
Para Salazar el estímulo a quienes vienen surgiendo es clave, “porque qué más se podría hacer, hay que seguir estimulando esa creatividad tan importante para la cultura del país”, concluyó.
El Sistema de Casas de Cultura en la mayor isla de las Antillas en su aniversario 45 tiene en espacios como el Salón de Instructores de Arte de Camagüey , un sitio sagrado para la creación y la defensa de lo más genuino del arte cubano.
La ocasión resultó propicia además para la entrega de premios colaterales a diversos exponentes jóvenes de la plástica , de parte del Consejo Provincial de las Artes Plásticas, así como de otras instituciones camagüeyanas.
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