Los datos son elocuentes y también la conclusión de que “la sobriedad energética está motivada principalmente por razones económicas, más que por preocupaciones medioambientales” ya que “la reducción de la factura energética sigue siendo el principal motivo (85 por ciento)”, según recogió el informe.
Con una inflación en alza y con la llegada del invierno en perspectiva, el 89 por ciento de los hogares encuestados afirmó estar preocupado por su consumo de energía y un 79 por ciento reconoció haber reducido el uso de calefacción para evitar facturas elevadas.
Esta cifra nunca había sido tan alta, pues en 2022 el número de familias que recortó el consumo de calefacción fue del 69 por ciento, y en 2020 del 53 por ciento.
Además, solo el 31 por ciento de los consumidores ve posible reducir su consumo energético, e igual cifra de personas dijeron tener dificultades para pagar sus facturas energéticas, proporción que se eleva al 55 por ciento entre los menores de 35 años y al 46 por ciento entre los comerciantes.
Las protecciones tarifarias introducidas por el gobierno francés contribuyeron a mitigar el impacto en las facturas de la fuerte subida de los precios del gas y la electricidad experimentada el pasado año, sin embargo en julio de 2023 comenzó una retirada paulatina de estas ayudas que concluirá al inicio del año venidero.
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